INTRODUCCION
Como en cualquier otro cultivo, la rentabilidad del maní depende del rendimiento y de la calidad del producto cosechado. Los principales factores de manejo del cultivo, determinantes del rendimiento final y de la calidad de los granos cosechados son:
1. Elección del lote
2. Rotación de cultivos
3. Fertilidad del suelo
4. Laboreo del suelo
5. Elección del cultivar
6. Implantación del cultivo
7. Malezas
8. Insectos y arácnidos
9. Nematodos
10. Enfermedades foliares y del suelo
11. Riego suplementario
12. Arrancado
13. Cosecha
14. Secado
15. Almacenado
Elección del lote
El maní crece adecuadamente en suelos profundos, bien drenados, ligeramente ácidos, donde pueda desarrollar un amplio sistema radicular. Los suelos sueltos, con bajos porcentajes de arcilla, son los recomendados para maní porque:
1. El clavo penetra fácilmente.
2. Produce vainas de buen tamaño.
3. Se arranca fácilmente.
4. Se cosechan vainas relativamente limpias.
5. No se forman cascotes difíciles de separar durante la trilla. Los suelos muy arenosos presentan la desventaja de almacenar poca agua y nutrientes y por lo tanto el cultivo será más susceptible a la sequía y a carencias nutricionales.
Al secarse el horizonte superficial, se restringe el flujo de nutrientes a las vainas, especialmente de calcio, durante el llenado de granos.
Rotación de cultivos
La rotación de maní con otros cultivos, especialmente gramíneas, como sorgo, maíz o pasturas, es determinante en la obtención de un buen rendimiento.
Los principales beneficios para el maní cuando el cultivo es rotado convenientemente son:
1- Mejor uso de la fertilidad residual
2- Mayor eficiencia en el control de malezas.
3- Menor presión de enfermedades.
En la rotación de cultivos, el maní debe incluirse una vez cada cuatro años o más.
Fertilidad del suelo
Las raíces de la planta de maní pueden penetrar hasta dos metros de profundidad, por lo que son muy efectivas en aprovechar los nutrientes del suelo.
El maní responde mejor a la fertilidad residual que a la aplicación directa de fertilizantes.
Es recomendable fertilizar adecuadamente el cultivo anterior, especialmente si es un cultivo de maíz o sorgo granífero, los cuales incrementarán su producción y la fertilidad residual será aprovechada por el maní.
Los elementos más importantes en la producción de maní son:
Nitrógeno
El maní es una planta leguminosa que tiene capacidad para fijar el nitrógeno del aire a través de bacterias que forman nódulos en sus raíces.
La ausencia de las bacterias específicas, la sequía, el anegamiento o la formación de costras que limiten la aireación del suelo, disminuyen o impiden la fijación de nitrógeno.
Cuando la disponibilidad de nitrógeno no es suficiente, el follaje del cultivo presentará un color verde claro a ligeramente amarillento.
Los primeros síntomas se observan en las hojas inferiores.
La falta de nitrógeno generalmente no es observada durante el estado vegetativo del cultivo.
Los síntomas aparecen cuando el cultivo comienza el estado reproductivo debido al incremento de la demanda de nitrógeno por la formación de los frutos y a la consecuente transferencia desde las hojas.
En campos donde nunca se ha sembrado maní previamente o donde hace muchos años que no se cultiva maní, es imprescindible aplicar inoculantes que favorezcan la nodulación y la consecuente fijación de nitrógeno. Estos nódulos son producidos por bacterias que infectan las raíces. Estas bacterias son específicas del maní.
En lotes donde se ha cultivado maní en varias ocasiones, se desarrolla una población de bacterias nativas las cuales no siempre son eficientes.
Ante la duda, es recomendable aplicar inoculantes probados por su efectividad. Los mismos pueden aplicarse simultáneamente en forma líquida en el surco de siembra o tratando la semilla con inoculantes en base turba.
Fósforo
Los síntomas de deficiencia de fósforo no han sido observados en la zona manisera de la provincia de Córdoba. Los requerimientos de fósforo de los cereales cultivados en rotación con el maní como el sorgo o el maíz son más elevados. Por lo que si se fertiliza correctamente a los mismos, se obtendrá un mejor retorno económico y no habrá necesidad de fertilizar el maní.
Potasio
La riqueza de los suelos pampeanos en potasio y el extenso sistema radicular de la planta de maní son razones suficientes para que el cultivo no muestre deficiencias de potasio en el área manisera de la provincia de Córdoba.
Calcio
El maní es muy sensible a la falta de calcio.
El calcio es absorbido por las raíces y circula en sentido ascendente por los tallos hasta las hojas, donde se deposita.
Como resultado de esta inmovilidad, no se traslada luego a las vainas.
El calcio requerido en la formación de los granos es absorbido por las vainas directamente desde el suelo.
Los suelos de la región manisera cordobesa tienen suficiente reservas de calcio por lo que generalmente no es necesaria la aplicación de cal de uso agrícola.
Laboreo del suelo
La preparación del suelo comienza con el manejo del rastrojo del cultivo anterior, el cual deberá ser dejado como cobertura del suelo.
El barbecho con residuos en superficie es una forma efectiva de acumular agua, ya que facilita la infiltración del agua de lluvia y disminuye la evaporación del agua acumulada.
Es recomendable utilizar laboreo conservacionista, empleando “cultivadores de campo” que remueven el suelo dejando residuos en la superficie.
Este tipo de labranza permite:
1- Reducir la erosión del suelo por el agua y el viento.
2- Aumentar la eficiencia en el uso del agua.
Refinar el suelo no otorga ninguna ventaja.
En los últimos años se incrementó la superficie sembrada sin laboreo previo, es decir en siembra directa.
Esta práctica, si bien es recomendable, debe realizarse con ciertas precauciones.
Es necesario disponer de una sembradora apropiada, controlar correctamente las malezas, evitar sembrar en lotes con horizontes endurecidos o irregularidades del terreno
Elección del cultivar
Los cultivares disponibles en el mercado argentino pertenecen en su totalidad al tipo Runner.
De acuerdo al lugar y a la fecha de siembra es posible elegir entre cultivares de ciclo completo (150-160 días a cosecha) o de ciclo corto (140-150 días a cosecha).
Actualmente se dispone de cultivares alto oleico, una característica muy deseada por los mercados compradores, ya que la elevada relación oleico/linoleico otorga a estos maníes mayor perdurabilidad de los caracteres organolépticos deseables.
Implantación del cultivo
Elección de la semilla
Para lograr un buen cultivo de maní es necesario utilizar semilla de elevada pureza varietal, sana, madura, libre de enfermedades, buen vigor y poder germinativo.
La semilla de buena calidad ayuda a superar condiciones adversas como bajas temperaturas, excesiva profundidad de siembra o costra superficial del suelo
Las semillas de tamaño medio o grande favorecen el nacimiento y el crecimiento inicial de las plantas.
La presencia de semillas de otros cultivares perjudica tanto el manejo agronómico como el valor comercial del producto cosechado.
La semilla de maní es muy susceptible a alteraciones por lo que el manipuleo debe ser muy cuidadoso.
“Curado” de la semilla
El tratamiento con fungicidas protege a la semilla de organismos patógenos transportados por la misma semilla y de los presentes en el suelo. No mejoran la calidad de una semilla deteriorada.
Todos los fungicidas curasemillas mencionados en este cuadro son formulados líquidos.
Para tratar 100 kilogramos de semillas de maní se diluye la dosis de curasemilla en agua, o agua mas aceite vegetal no refinado en partes iguales, hasta completar 0,75 litros.
Cuando sembrar
La semilla de maní necesita un suelo cálido y húmedo para germinar y emerger rápidamente. La temperatura del suelo debe ser igual o mayor a 16º C a la profundidad de siembra durante tres días consecutivos.
Las mediciones deberán realizarse durante la mañana entre las 8 y 9 horas. Esta temperatura se logra normalmente en la segunda quincena de octubre.
Las siembras tempranas son peligrosas, ya que un cambio brusco de temperatura, especialmente cuando un frente frío llega a la zona precedido por lluvias y el descenso de la temperatura se mantiene por varios días, puede hacer fracasar la siembra.
Densidad de siembra de maní tipo runner
Cuando el maní cubre completamente el suelo, además de competir con las malezas, efectúa una eficiente “cosecha” de la energía solar que, conjuntamente con el agua y los nutrientes, son los elementos que utilizan las plantas para vivir y producir. El maní en Argentina se siembra en hileras separadas 70 centímetros entre sí.