✓Manual del Cultivo de Gerbera – Libros Gratis – Agronomia

FamiliaAsteraceae
GéneroGerbera
EspecieG. jamensonii
G. viridifolia
G. asplenifolia
G. kunzeana
Nombre comúnGerbera, Margarita africana

El género Gerbera comprende numerosas especies descritas, originarias del Sur de África. Entre las especies más comercializadas y extendidas destacan Gerbera jamensonii.

La mayoría de las variedades comerciales proceden de hibridaciones entre Gerbera jamesonii y G. viridifolia, y menos frecuentes entre G. asplenifolia y G. kunzeana.

2. MORFOLOGÍA


Es una planta herbácea, vivaz, en roseta, cuyo cultivo puede durar varios años, aunque comercialmente solo interesa cultivar durante dos o tres, según cultivares y técnicas de cultivo empleadas.

– Sistema radicular: El sistema radicular es pivotante en origen, pero a medida que se desarrolla, se convierte en fasciculado. Está compuesto por gruesas raíces de las que parten numerosas raicillas.

– Hojas: Sus hojas crecen en forma de roseta. Son lanceoladas, de unos 40cm aproximadamente y lobuladas (hendidas en los bordes). Presentan un peciolo alargado, del que de algunos de ellos evolucionarán los brotes florales que van a da lugar a una inflorescencia terminal en capítulo.
Gerbera. Fotografía: Kathy Kimpel

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– Flores: Las flores se desarrollan en una inflorescencia terminal en capítulo. Dicho capítulo está formado por: 1) flores liguladas compuestas por varias filas concéntricas de flores femeninas desde el exterior hacia el interior (normalmente una fila de flores hermafroditas no funcionales) y 2) flores de disco masculinas dispuestas sobre un receptáculo en la parte central de la inflorescencia.

Las flores liguladas son de forma y espesor variables y de una amplia gama de colores, según cultivares. Las flores de disco son generalmente de color claro (amarillo, verde), aunque existen variedades de disco negro.

El pedúnculo que sustenta a la inflorescencia puede ser de distintos grosores, y su longitud depende del cultivar y de las condiciones medioambientales existentes.

– Fruto: El fruto es un aquenio, acostillado, con coloración marrón claro/oscuro, en cuyo extremo posterior presenta un conjunto de vellosidades, lo que facilita su diseminación. Cada fruto contiene una semilla.

2.1. Particularidades

En la clasificación varietal de la gerbera se tienen en cuenta una serie de factores como son 1) color de la inflorescencia, 2) si son simples, semidobles o dobles y 3) el número, disposición y tamaño de las coronas de flores liguladas. También se pueden clasificar en función del color de la parte central de su inflorescencia, distinguiéndose entre gerberas de corazón negro o de corazón verde.
Gerbera de color rosa. Fotografía: Alias 0591

[ampliar imagen]Gerbera de color rojo. Fotografía Alias 0591
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Existe una enorme cantidad de cultivares distintos, con múltiples apariciones nuevas en el mercado año tras año. En el cuadro siguiente se recogen los cultivares de mayor importancia económica y sus principales características.
Características de los principales cultivares de gerbera
CultivarFormaColor
TerrafameSencillaAmarillo
RosamundeSencillaRosa
NovaSencillaLila-rosa
FleurSencillaRosa oscuro
FredigorSemidobleRosa
DelphiSencillaBlanca
JoyceSencillaBlanca
LucaySemidobleRosa
HildegardSemidobleRosa pálido
PascalSemidobleRojo
EolietDobleRosa
SoniaSemidobleRosa
TamaraDoble-C. negroAmarillo
TerrareginaDobleRosa
BeautySencillaRoja
CoraSencillaRoja
MaríaDobleBlanca
JuraSencillaBlanca
MirageDobleNaranja
RomaSencillaRosa
MichelleSencilla-C. negroNaranja

3. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS


– Temperatura: La temperatura ambiental influye en la emisión de hojas, crecimiento de éstas y precocidad de la floración. Por otro lado, la temperatura del suelo ejerce un efecto positivo sobre el diámetro de la flor y la longitud del pedúnculo.

La gerbera se puede cultivar en un rango de temperatura comprendido entre 10-35ºC, siendo el óptimo de 15-25ºC. No obstante, las temperaturas más adecuadas para el cultivo de gerbera son:
– 25ºC durante el día y 20ºC por la noche, desde el trasplante hasta que se inicia el periodo vegetativo.
– 28ºC día y 20ºC noche, son las temperaturas más adecuadas en épocas de elevada luminosidad.
– 18ºC día y 12ºC noche, en periodos de baja luminosidad.
– 14ºC día y 12ºC noche, temperaturas mínimas que no producen alteraciones en el comportamiento del cultivo.
– 16-18ºC en el suelo durante el invierno.
– 14ºC en el suelo, temperatura mínima que no produce alteraciones en el comportamiento del cultivo.

Las altas temperaturas en el momento de la plantación y arraigue pueden producir desequilibrios entre la parte aérea y las raíces de la planta, sobre todo en suelos pesados, en los que el desarrollo de éstas es más lento.

Las bajas temperaturas en invierno pueden provocar malformaciones y abortos florales debido a deficiencias fotosintéticas y a la baja absorción de minerales a nivel de raíz.

Las temperaturas estivales influyen sobre la depresión en la producción que se aprecia el segundo año de cultivo.

 Humedad: El rango óptimo de humedad relativa oscila entre el 75-90%. Valores superiores de humedad relativa pueden favorecer el desarrollo de enfermedades como Botrytis, además de provocar manchas y deformaciones en las flores durante el invierno. Humedades relativas bajas (próximas a 40%), pueden afectar a la calidad de las flores dando lugar a tallos cortos y débiles, además de favorecer la presencia de plagas como el minador de hoja, trips, ácaros y pulgones.

Las oscilaciones bruscas de humedad entre el día y la noche y entre diferentes periodos, pueden afectar a la calidad de la flor, disminuyendo su vida útil.

– Luz: La gerbera se considera una especie indiferente al fotoperiodo. No obstante, la luz influye sobre la emisión de brotes laterales que darán lugar a nuevas flores.

El número de brotes laterales aumenta cuando la planta se desarrolla en condiciones de día corto. Un mayor número de brotes laterales en el momento de la antesis de la primera flor, incrementa la producción total de la planta.

La intensidad lumínica también influye en el diámetro del pedúnculo floral, el color y la tonalidad de las flores, de tal forma que cuanto mayor es el nivel de radiación fotosintéticamente activa (PAR), mayor es el número de flores a obtener.

Épocas de elevada intensidad lumínica (primavera y verano), acompañadas de altas temperaturas, pueden dar lugar a un fuerte crecimiento vegetativo y a una disminución de la calidad de la producción. Por ello, resulta conveniente sombrear el cultivo mediante la utilización de mallas, el encalado de techos o mediante la combinación de ambos sistemas. Se recomienda llevar a cabo dichas labores cuando la intensidad lumínica oscila alrededor de los 60000 lux.

En países donde la intensidad lumínica en invierno es baja (como ocurre en Holanda), se requiere de la aportación de luz artificial.

Una deficiencia de intensidad lumínica puede reducir la emisión de brotes laterales y favorecer el desarrollo excesivo y débil del tallo floral, reduciendo así la calidad de la flor.

– Sustrato: Esta planta prefiere suelos ligeros, profundos (debido a su sistema radicular pivotante), ricos en materia orgánica (la cual debe estar bien fermentada para evitar la presencia de enfermedades y quemaduras en el sistema radicular) y con buena capacidad de drenaje y aireación. El pH debe oscilar entre 5,5-6,5 para la correcta asimilación de micronutrientes. Un pH alto (pH>7) puede causar problemas en la asimilación de manganeso y hierro. Por el contrario, un pH demasiado bajo (pH<5) puede provocar un cambio en la estructura del suelo.

 Riego: El riego puede llevarse a cabo mediante aspersión o riego localizado (goteo). No obstante, el agua aportada debe ser de buena calidad y con reducido contenido en calcio y otras sales solubles.

Después de la plantación se puede producir un estrés hídrico para favorecer un retraso en el crecimiento vegetativo de las plantas, debido a que las raíces no son capaces de extenderse y explorar más volumen de suelo. Para evitarlo, se debe combinar el riego con operaciones de sombreo y ventilación, para que de esta forma el suelo no se caliente demasiado y la planta pueda vegetar correctamente. Se deben aportar 15-20l/m2 de agua después de la plantación y la frecuencia ha de ser de 2-3 riegos/día hasta que la planta se asiente. De este modo, se mantiene el terreno húmedo, aireado y sin encharcamientos, evitando así la pudrición del cuello de las plantas.

Una vez que las plantas hayan enraizado, los riegos deben ser menos intensos y menos frecuentes.

4. PROPAGACIÓN



 Propagación sexual: Este método de propagación se realiza especialmente para la mejora de esta planta.

La maduración de los órganos reproductivos ocurre en tiempos diferentes, por lo que es necesario recurrir a la polinización artificial entre individuos alejados genotípicamente. El objetivo es conseguir una gran cantidad de semilla y de descendientes.

Esta técnica consiste en recoger con un pincel el polen de la planta macho, que debe ser lo suficientemente maduro, y depositarlo en el estigma de las flores madre, que deben ser jóvenes. Seguidamente, se cubre el capítulo con tela de malla, para evitar fecundaciones no deseadas y que cuando las semillas no se pierdan cuando se desprendan.

Una vez obtenidas las semillas, se deben sembrar lo antes posible, pues pierden su viabilidad rápidamente.

Las condiciones climáticas más favorables se dan con temperaturas entre 22-24ºC y humedades relativas en torno al 40-50%. Desde la polinización hasta la maduración de la semilla transcurren de 4 a 8 semanas, obteniéndose de 40 a 100 semillas por capítulo. El poder germinativo se reduce al 50% a los tres meses y al 5% a los seis meses.

 Propagación vegetativa: Es el método más sencillo pero comercialmente no se emplea por su baja tasa de propagación. Este método de propagación consiste en la división del rizoma de dicha planta madre, de un año y medio o dos de edad, en varias porciones pequeñas, de manera que cada una tenga raíces y parte aérea.

Para ello, la planta debe ser arrancada con cuidado. Se procede a la poda de raíces, dejando unos 10-12cm y seleccionando varias hojas adultas cuyos limbos son recortados (se deja únicamente 1/3 del limbo). Posteriormente se divide el rizoma en pequeñas porciones, las cuales contendrán raíces y parte aérea. Estas porciones deben ser desinfectadas con fungicida antes de su plantación y colocadas a continuación en mesas de multiplicación a 25ºC y a un 80% de humedad relativa bajo mist-system. El enraizamiento se efectúa a los 15-20 días.

Con este método se pueden obtener entre 4 y 10 plantas por cada planta madre.

 Propagación in vitroEste método consiste en cultivar,primero en tubos de ensayo y después en frascos o cajas de polipropileno, fragmentos de capítulos muy jóvenes o meristemos. Dicha técnica resulta más ventajosa que el resto al obtener plantas a los 3 ó 4 meses.

5. TÉCNICAS DE CULTIVO



– Preparación del suelo: En cuanto a la preparación del terreno para el cultivo, se deben tener en cuenta las exigencias de la planta en cuanto a estructura, contenido en materia orgánica y pH.

Antes de su desinfección, se puede aplicar materia orgánica (puede ser estiércol bien fermentado). A continuación, se recurre a la desinfección del suelo. Se recomienda llevarla a cabo mediante vaporización ya que muestra buenos resultados.

Antes de la preparación de camas para su posterior plantación, se debe realizar un análisis de suelo. Si el pH es demasiado bajo, éste se puede aumentar con la aplicación de calcio. Por el contrario, si es demasiado alto, se pueden usar abonos ácidos o mezcla de turba ácida con tierra.

A continuación se procede a la realización de las camas de cultivo con una embocadura. Las camas se deben realizar en sentido transversal a la mayor longitud del invernadero y no superar los 20m.

 Plantación: La plantación de gerbera se puede realizar durante todo el año, aunque resulta conveniente no llevarla a cabo en las épocas de mayor radiación solar y baja humedad. No obstante, dependiendo de la zona, existen unos periodos más adecuados que otros. En España, la fecha de plantación más conveniente es a finales de mayo, para que a los 3 meses la gerbera comience a florecer.

La plantación de gerbera se realiza sobre camas de 60cm (incluyendo pendiente) de ancho y 40cm de alto. Normalmente se disponen al tresbolillo dos hileras por cama y un marco de plantación de 30x30cm ó 30x35cm. Los pasillos de servicio deben tener una anchura de 0,8 a 1m.

El trasplante se debe realizar en cuanto se recepcionen los esquejes. No se debe enterrar demasiado profunda la plántula (dejar el cuello a 1-2cm por encima del nivel del suelo). Después del trasplante, se realiza un riego mediante microaspersión, de tal forma que aumente la humedad relativa tanto del suelo como del ambiente durante esta etapa.

La gerbera es una planta muy sensible a cualquier manipulación mecánica ya que puede provocar la rotura del sistema radicular. Por ello, hasta que la planta no está completamente arraigada, no se aconseja su manipulación ni el aclareo de hojas y/o botones florales no comerciales.

 Desbotonado y deshojado: Esta labor consiste en eliminar los primeros botones florales de la plantación para así acelerar el crecimiento vegetativo y obtener posteriormente, botones florales de mejor calidad. Normalmente, se recomienda eliminar dichos botones hasta que la planta desarrolle al menos doce hojas.

Respecto al deshojado, el objetivo es eliminar todas aquellas hojas envejecidas o partes de la planta que impidan una correcta iluminación y ventilación, ya que pueden ser focos de parásitos y enfermedades. La apertura de la planta se debe realizar abriendo el follaje desde el centro de la misma hacia los lados y procurando no eliminar hojas nuevas. En un ciclo normal, el deshojado se realiza cada dos semanas.

– Reposo vegetativo: El clima, la fecha de plantación, el deshojado y la intensidad de la producción, pueden modificar el comportamiento fisiológico de las plantas.

La gerbera tiene una fase en que experimenta un reposo vegetativo que coincide con la estación invernal. Debido a que en invierno es cuando se consiguen los mejores precios en la venta de flor, se trata de desplazar este reposo a épocas en que los precios y calidades de la flor resultan menos interesantes, como es el verano.

El reposo estival en gerbera se induce a partir del segundo año mediante la supresión de la fertirrigación, recolección y deshojado desde finales de mayo hasta mediados de agosto, ya que éste es el periodo productivo menos importante bajo condiciones climáticas mediterráneas. La supresión de la recolección persigue disminuir la formación de nuevos brotes, así como la movilización de reservas de la planta.

Operando de esta forma se consigue recuperar la producción de hojas y flores, posibilitando una abundante cosecha de flores de calidad a partir de finales de septiembre.

– Aportación de dióxido de carbono (CO2): El aporte de CO2 favorece el desarrollo y la producción de gerberas. La concentración mínima de CO2 de la atmósfera del invernadero debe oscilar entre 300 y 600ppm. Para su aporte, se pueden emplear humos de caldera, previamente refrigerados por dilución, o generadores específicos para la producción de CO2.

Se debe tener precaución con la formación de CO (monóxido de carbono) y etileno debido a una combustión incompleta, por lo que resulta conveniente monitorear los niveles de CO2.

 Fertilización: El abonado nitrogenado bien equilibrado es fundamental para el buen desarrollo de la gerbera. Sobre todo, en la fase de crecimiento, tiene un efecto favorable en el desarrollo del sistema radicular de la planta. La nutrición nitrogenada, también influye en la duración de las flores. Un exceso o déficit de nitrógeno influye en el marchitamiento de las plantas. Se han conseguido buenos resultados aplicando en plantas jóvenes y suelos franco-arenosos, abonos complejos tipo 2:1:1 y a razón de 2 kg/ha.

La deficiencia o exceso de fósforo en gerbera no es habitual. No obstante, una carencia de este elemento se manifiesta con la presencia de hojas pequeñas de color verde azulado y márgenes violetas, mientras que el exceso del mismo puede ocasionar deficiencias de hierro y otros microelementos.

El potasio juega un papel muy importante en el desarrollo de la flor. Una deficiencia de potasio se manifiesta con: decoloración de los bordes de las hojas derivando en el secado de las mismas, floración más débil y flores de peor calidad, ya que disminuye tanto el diámetro de la inflorescencia como la longitud del pedúnculo. El exceso de este elemento se manifiesta con el aumento del diámetro del tallo floral.

La frecuencia del abonado de cobertera puede variar en función de la época del año. Se lleva a cabo conjuntamente con el agua de riego y se realiza semanalmente cuando la radiación solar es mayor. En cuanto a la cantidad, dado que la gerbera es muy sensible a los excesos de sales, no debe sobrepasarse la concentración de 1g abono/1l agua.

En cultivo hidropónico la fertirrigación es la norma y la solución debe tener un pH de 5,5-6. Se recomienda un equilibrio NPK de 1:0,5:1,3 antes de la floración y de 1:0,4:1,6 durante la floración.

6. PLAGAS Y ENFERMEDADES



6.1. Plagas

 Minador de hojas (Liriomyza trifolii):Se trata de un díptero cuyas larvas se alimentan del parénquima foliar, teniendo preferencia por el haz de las hojas y dejando a su paso galerías serpenteantes sobre las mismas. Finalmente, estas galerías se necrosan. La hembra adulta también provoca daños en las hojas al depositar sus huevos sobre las mismas, dando lugar a puntos blanquecinos.

Para su control se recomienda realizar una serie de medidas preventivas como:
– Colocar mallas (10×20 hilos/cm2) en las aberturas del invernadero.
– Eliminación de malas hierbas.
– Utilización de trampas cromotrópicas amarillas.
– Utilización de material vegetal sano.

Para control biológico, se recomienda la suelta de Dacnusa sibirica o Diglyphus isaea.

Si la población de esta plaga es elevada, se deben realizar tratamientos químicos con productos compatibles con la fauna auxiliar.

– Trips (Frankliniella occidentalis):Esta plaga habita principalmente sobre botones florales y hojas jóvenes, y más raramente sobre hojas senescentes.Los síntomas que se presentan son manchas de aspecto plateado-plomizo rodeadas de motitas negras que se corresponden a sus excrementos.

Para el control de esta plaga es conveniente la realización de medidas preventivas. Entre ellas destacan la colocación de trampas adhesivas azules a la altura del cultivo, eliminación de malas hierbas, empleo de mallas antitrip, etc.

El empleo de lucha biológica con Amblyseius swirskii u Orius resulta efectivo en invernaderos.

 Mosca blanca (Trialeurodes vaporariorum):Se trata de una plaga que provoca daños en los tejidos, preferiblemente jóvenes, al succionar la savia para su alimentación, y también al ovipositar. Además, originan daños indirectos al segregar una sustancia azucarada donde se instala el hongo negrilla.

Para evitar/prevenir el ataque severo de mosca blanca se deben colocar trampas cromotrópicas de color amarillo en la planta.

Cuando aparecen los primeros individuos, se recomienda recurrir a la lucha biológica con la suelta de depredadores como Encarsia formosa o Amblyseius swirskii.

Cuando la incidencia sea mayor, será necesario recurrir al tratamiento químico con productos fitosanitarios compatibles con la fauna auxiliar.

– Araña roja (Tetranychus urticae):Se presenta principalmente si el ambiente es seco. Los síntomas que aparecen son unos puntitos de color amarillo en el haz de las hojas y a lo largo de los nervios principales. Posteriormente, estas punteaduras se tornan de color marrón y se abarquillan, obteniendo un aspecto polvoriento. Finalmente, dichas hojas se desecan y caen. Es frecuente encontrar finas telarañas en el envés de las hojas afectadas.

Para evitar la propagación de esta plaga se debe llevar a cabo una serie de medidas preventivas:
– Aumento de la humedad relativa.
– Manejo de material vegetal sano.
– Eliminación de malas hierbas y material infestado.
– Adecuado marco de plantación, de forma que no exista contacto entre plantas consecutivas.
– Evitar exceso de abono nitrogenado.
– Uso de plantas cebo.

Otro método de control es la lucha biológica mediante la utilización del ácaro depredador Phytoseiulus persimilis.

Si la infestación es severa, será necesaria la intervención química.

 Ácaros (Polyphagotarsonemus latusTarsonemus pallidus):Son conocidos como ácaros blancos. Éstos originan daños al realizar sus puestas sobre las hojas jóvenes del centro de la planta y en los botones florales. Las larvas provocan deformaciones en las lígulas, torsiones de la flor y reducción de su desarrollo perimetral (el grado de deformación depende de la densidad poblacional). En las hojas pueden ocasionar deformaciones de los bordes del limbo, plegamiento hacia el haz o el envés de la superficie foliar, engrosamiento del limbo y carácter quebradizo del mismo.

Para evitar la propagación de esta plaga se deben llevar a cabo una serie de medidas preventivas:
– Manejo de material vegetal sano.
– Eliminación de malas hierbas y material vegetal infestado.
– Adecuado marco de plantación, de forma que no exista contacto entre plantas consecutivas.
– Evitar exceso de abono nitrogenado.
– Uso de plantas cebo.

Como control biológico, cuando la población de ácaro plaga es pequeña, se puede recurrir a la suelta de Amblyseius Swirskii o Eretmocerus mundus.

Si la infestación es severa, será necesaria la intervención química.

– Orugas (Spodoptera sp., Heliothis sp., Autographa gamma,Chrysodeixis chalcites):Estas diferentes especies de noctuidos aparecen con mayor frecuencia durante los meses cálidos, coincidiendo con el aumento de las poblaciones de estos insectos. Las larvas de estas plagas son muy voraces, ocasionando importantes daños sobre las hojas de la planta como consecuencia de su alimentación. En caso de fuertes infecciones, éstos pueden provocar daños también en las flores.

Para el control de esta plaga, se recomienda la utilización de trampas con feromonas sexuales cuando el nivel de población es todavía bajo. No obstante, dichos tratamientos se deben complementar con preparados a base de Bacillus thuringiensis.

– Nematodos (Meloidogyne sp.):Los nematodos del género Meloidogyne forman nudosidades en las raíces, disminuyendo así, el aporte nutricional de la planta y provocando una detención en el crecimiento. Si la infección es avanzada, la planta se marchita y muere. Son un gran problema si se repite el cultivo sobre suelos no desinfectados.

Las prácticas de control incluyen el uso de medios de cultivo sin suelo, pasteurización con vapor, material vegetal libre de enfermedades, resistencia genética y evitar la contaminación. Como control químico se pueden realizar tratamientos puntuales con productos autorizados.

6.2. Enfermedades

 Verticilosis (Verticillium dahliae):Verticillium dahliae es un hongo propio de épocas invernales. La verticilosis es una enfermedad que provoca la obstrucción de los nervios de las hojas. Los síntomas se manifiestan como un marchitamiento general de la planta, acompañado del amarillamiento progresivo de sus hojas y la decoloración de sus nervios, los cuales terminan por secarse. Finalmente, la planta muere.

El control químico resulta poco eficiente, por lo que es recomendable realizar adecuadas medidas preventivas como la desinfección del suelo (la pasteurización con vapor es más efectiva) y de herramientas de poda, la eliminación de material vegetal enfermo, etc.

– Rhizoctonia solaniSe trata de un hongo que se desarrolla en condiciones de alta humedad y temperatura. Dicho hongo prefiere plantas jóvenes, aunque también se desarrollan sobre plantas adultas en situaciones de estrés. Los síntomas de esta enfermedad son clorosis, envejecimiento y desecación de hojas. Finalmente, la planta muere.

Como tratamientos preventivos se aconsejan la limpieza de restos de hojas envejecidas, correcta ventilación del invernadero, regulación de la humedad del suelo, etc.

Como control químico se recomienda realizar tratamientos sobre el cuello de las plantas con productos autorizados.

Para el control biológico se recomienda la aplicación de Trichoderma harzianum en el suelo.

 Oidio (Erysiphe cichoracearum):Erysiphe cichoracearum se manifiesta en condiciones de clima seco y temperaturas comprendidas entre 20-25ºC. Los síntomas son la aparición de micelios blancos en hojas y tallos. Este micelio blanco, hace que las hojas se decoloren, se sequen y finalmente caigan.

Como medidas preventivas se debe llevar a cabo una buena ventilación, eliminación de malas hierbas y hojas con síntomas, etc.

Como control químico, es recomendable la aplicación de productos autorizados a base de azufre.

Podredumbre gris (Botrytis cinerea):Este hongo necesita tejidos heridos o senescentes para afectar a la planta, así como humedad ambiental y temperatura elevada. Su desarrollo se inicia sobre material senescente y en descomposición. De éste se traslada a las hojas y flores en donde produce los daños más importantes. Puede causar podredumbre de las plántulas (damping-off), marchitamiento de hojas y flores y podredumbre de la corona. En las hojas pueden aparecer lesiones marrones y en los pétalos de las flores manchas, necrosis de las puntas o marchitamiento completo. Cuando afecta a las lígulas, se denota la formación de pequeñas manchas grisáceas sobre su superficie, afectando a la posterior comercialización de estas flores, ya que el hongo continúa su evolución.

El control de este hongo es muy importante debido a su capacidad para sobrevivir como saprófito. Se debe evitar el exceso de humedad, ya sea disminuyendo la dosis y frecuencia de riego, espaciando las plantas o ventilando. También es conveniente retirar tejidos enfermos, cortándolos a ras de tallo y utilizando siempre herramientas desinfectadas.

Si el ataque es severo, se debe recurrir al control químico. Se recomienda alternar productos de diferentes grupos sistémicos.

 Sclerotinia sclerotiorumEste hongo produce podredumbre blanda en la base de las hojas y en el cuello de las plantas. Se distingue por un abundante micelio algodonoso, sobre el que aparecen posteriormente nódulos negros que corresponden a los esclerocios.

Para su control se debe reducir la humedad relativa, utilizar sustratos con buena capacidad de drenaje, eliminar material vegetal infectado, desinfectar el sustrato y las herramientas de poda, etc.

Para el control químico se recomienda el uso de fungicidas autorizados.

– Virus del «rattle» del tabaco o Tobacco Rattle Tobravirus (TRV): Este virus es el más conocido. Aparecen círculos cloróticos en las hojas y flores, que terminan necrosándose. También aparece necrosis en los nervios de las hojas.

 Virus de la enfermedad bronceada del tomate o Tomato Spotted Wilt Tospovirus(TSWV): Los síntomas que se manifiestan son manchas anulares necróticas rojizas en las cercanías de la nerviación y, normalmente después tiene lugar la desecación de las plantas enfermas.

La lucha contra las enfermedades producidas por estos virus es compleja a causa de su polifagia y su forma de transmisión por trips. Sin embargo, para reducir las infecciones, se deben realizar tratamientos insecticidas específicos, utilizar trampas y mallas contra dichos vectores y eliminar las plantas infectadas.

Es importante que el material vegetal esté libre de virus y trips.

7. FISIOPATÍAS

– Caída de pétalos: La caída de pétalos en determinadas variedades está asociada a causas genéticas o climáticas. También está influenciado por una deficiente fertilización en potasa, por lo que se recomiendan tratamientos foliares con nitrato potásico al 1,75% y un mojante para corregir esa tendencia.

– Clorosis: Este amarillamiento internerval de las hojas se produce cuando se riega con bajas temperaturas. El suelo frío o húmedo bloquea la asimilación del hierro por parte de la planta. Por ello, se aconsejan realizar aplicaciones foliares de quelato de hierro.

– Rotura de tallos: A causa de una presión radical demasiado alta o una insuficiente evaporación, la presión celular en el tallo aumenta en exceso provocando roturas en el mismo. Para evitar este efecto, se debe reducir tanto la humedad relativa y como la temperatura de las raíces.

– Deformación de flores: Como consecuencia de la falta de luz, las inflorescencias crecen torcidas y con escasez de flores dentro del capítulo. Además, se desarrollan más lentamente, llegando a veces al aborto.

8. RECOLECCIÓN Y POSTCOSECHA

La flor de gerbera es muy delicada en cuanto a la manipulación, por lo que se debe adoptar la máxima precaución en su manejo desde el instante de su recolección.

El momento óptimo para la recolección de la mayoría de las variedades, es cuando se han desarrollado totalmente 2-3 filas de flores masculinas, lo que se pone de manifiesto por la presencia de anteras. En el caso de variedades dobles y semidobles, este índice es difícil de detectar, por lo que se debe observar el cierre del corazón y la forma en la que están plegadas las lígulas.

La recolección debe realizarse en las primeras horas de la mañana, antes de que las temperaturas sean elevadas, sujetando la base del pedúnculo y extrayéndolo mediante un movimiento de torsión. De este modo, se desprende el callo de inserción del pedúnculo sin que se produzca la rotura del mismo.

Posteriormente, se debe realizar un corte de 10cm desde la base del tallo para mejorar la absorción de agua. A continuación, se les debe proporcionar una solución preservante , compuesta principalmente por sacarosa (20-30g/l), microbicidas, acidificantes e inhibidores de etileno.

Tras la cosecha, se procede a la clasificación del material de acuerdo a la calidad, estado de madurez, diámetro de la flor y largo de vara.

Seguidamente se embala. Para ello se emplean cajas de cartón de 12cm de altura con capacidad para 40-60 flores colocadas en dos paneles de cartón, con 20-30 flores cada uno. También se comercializan en ramos de 10 flores, protegidos con cálices de plástico. Dado que el empaquetado de la flor es delicado, se recomienda que éste se realice en la misma explotación, especialmente para aquellas variedades sensibles al roce.

Las cajas deben ser almacenadas boca abajo para evitar que los tallos se tuerzan. La temperatura óptima de almacenamiento es de 4 a 6ºC. Por lo general, no deben estar almacenadas más de una semana debido a la disminución de su vida útil.

Durante el transporte de gerberas, se recurre al embalaje tipo «raqueta». Se trata de una construcción de cartón con orificios, por los cuales se introducen los tallos. En una raqueta se pueden colocar siete gerberas. De este modo, las flores no se dañan. Este tipo de embalaje solo se emplea para gerberas de primera categoría, las cuales deben ir introducidas en agua para que la calidad no se vea alterada.

En cuanto a los parámetros de calidad que sirven para la clasificación de la flor, existen diversos criterios, aunque los más empleados son:

– Longitud de la vara: Longitud existente desde la base del pedúnculo hasta la parte superior del capítulo.

– Diámetro del capítulo: Diámetro de la circunferencia que forman los extremos exteriores de las lígulas de la inflorescencia.

– Rigidez: Rectitud y fortaleza del capítulo.

– Especificaciones: Referidas a las flores y a los tallos que deben estar exentos de daños producidos por plagas y enfermedades que alteren su aspecto y color, manchas o quemaduras producidas por productos fitosanitarios, residuos visibles de tratamientos y magulladuras, defectos de vegetación (lígulas torcidas), etc.

– Tolerancia de calidad: Expresa el porcentaje de varas que pueden presentar ligeros defectos, a condición de que la homogeneidad de la presentación no se vea afectada.

– Presentación de las flores en los envases descritos anteriormente: Define las categorías extra, primera y segunda en función de la conservación de los capítulos.

Fuente: Redacción Infoagro