Todos necesitamos estar bien alimentados, para ello hacer una huerta orgánica nos puede proveer de una alimentación sana y completa.
En la huerta orgánica se puede producir una gran variedad de verduras, las que brindan vitaminas y minerales, asegurando de esta manera una alimentación equilibrada.
Una huerta orgánica es sinónimo de agricultura ecológica, ya que no se requieren muchas herramientas, ni productos químicos en todo el proceso de cultivo, recolección, manipulación y conservación.
Todos los productos que se utilizan como fertilizantes y plaguicidas son de origen natural.
Se emplean métodos como la rotación de cultivos, enterrado de los rastrojos para reutilizar sus elementos nutritivos o quemarlos, si existen enfermedades.
Algunos de estos métodos se utilizaban antiguamente, pero resultan innovadores por haberse dejado de utilizar desde hace años.
Hacer su propia huerta orgánica será una experiencia en la cual aprenderá muchas cosas nuevas y comprobará que las verduras producidas con abono natural tienen un mejor olor, sabor y calidad, que las verduras tratadas con agroquímicos.
LA HUERTA ORGÁNICA
Una huerta orgánica es un lugar donde se cultivan hortalizas más sanas de forma natural y económica; y además no daña el medio ambiente.
Esto significa que en la huerta orgánica se practica Agricultura Ecológica, es decir que:
Nunca se usan productos agrotóxicos porque alteran el medio ambiente y pueden dañar directamente nuestra salud.
Se mejora y fertiliza el suelo con abonos naturales u orgánicos.
Se siembra una gran variedad de hortalizas y hierbas para mantener el equilibrio biológico en la huerta.
Se asocian los cultivos para no exigir a la tierra los mismos nutrientes y también se desarrolla la rotación adecuada para obtener plantas vigorosas y para no agotar a la tierra.
Cultivar hortalizas orgánicas nos permite tener:
Una variedad de alimentos sanos, frescos, nutritivos y sabrosos libres de sustancias tóxicas a un costo bajo.
Un espacio verde y bello en el hogar o en la escuela donde podemos aprender sobre las diferentes hortalizas y su producción.
Además podemos contribuir a la conservación del medio ambiente, pues si cultivamos las hortalizas de una manera ecológica no agotamos recursos naturales como el agua, el suelo y la biodiversidad, que son imprescindibles para vivir.