Esta guía realiza una muy breve introducción a los aspectos básicos para arrancar un huerto urbano comunitario y que consigamos disfrutar la ciudad a la vez que la transformamos.
Los huertos urbanos comunitarios son una de las prácticas de innovación ciudadana más establecida en Madrid y otras ciudades de todo el mundo.
Espacios ciudadanos en los que de manera abierta un grupo de vecinos “cuidan” el espacio de todos, diseñando y construyendo jardines y huertas.
Lugares para el cultivo vegetal y también el cultivo social, generan no sólo bancales con producción ecológica que atrae las discusiones sobre gestión eficiente de energía o riego, sino que consolidan espacios de reunión e intercambio comunitario.
Muchas veces son la excusa para poner en marcha en sus entornos próximos actividades que tienen que ver con la cultura al aire libre.
Cines de verano, teatros, debates y charlas, pequeños conciertos, talleres de construcción o prácticas pedagógicas
Son huertos
Espacios para el cultivo vegetal, jardines comestibles cuidados por vecinos.
Su condición hortelana vincula fuertemente estos espacios con el medio ambiente, con las políticas sostenibles y con reflexiones que giran en torno a lo que comemos y su procedencia.
Los huertos urbanos comunitarios suelen gestionarse de manera ecológica, intentando no utilizar pesticidas ni fertilizantes, sino aprender de los tiempos, los ciclos y la sabiduría natural para obtener los mejores resultados y conseguir espacios frescos y verdes que nacerán en medio del asfalto de la ciudad.
Para tener un huerto hermoso y disfrutar de buenas cosechas es igualmente imprescindible mantener el espacio, aprenderemos en esta guía la importancia de los cuidados como práctica ecológica urbana que se aplica de
forma radical en estos espacios.
Son urbanos
Proyectos ligados directamente a la ciudad y sus barrios. Son proyectos de renovación y mejora de solares degradados, en los que pensar los jardines y plazas involucrando a los vecinos y vecinas de forma directa.
Los huertos urbanos contribuyen a pensar la ciudad en clave participativa, reclaman el empoderamiento ciudadano para diseñar la ciudad, otorgando mayor capacidad de gestión, pero también mayor compromiso, a los propios vecinos.
Un huerto urbano revaloriza la forma de estar en la ciudad, incrementa las posibilidades de usarla y disfrutar de ella. Nos permite a los ciudadanos auto-diseñar y construir nuestros lugares, descubrimos en los huertos miles de
mobiliarios urbanos imaginativos.
También son espacios en los que recuperar lo doméstico en lo público o lo común, espacios en los que se come, se riega, se charla o se echa la siesta, y se demuestra que la ciudad es una extensión natural de nuestras casas.
Los huertos son urbanos porque hacen a la ciudad aprender otras formas de crecer e incluso de decrecer
Son comunitarios
Lugares gestionados desde la creación de comunidad. Porque solo a través de conformar una comunidad fuerte podemos hacernos cargo y disfrutar de los huertos.
Lugares que no son tutelados sino autónomos, donde los vecinos y vecinas toman las decisiones, pero no solos, sino juntos.
Los huertos contribuyen a la organización social, a la creación de lazos y amistades nuevas, incrementa las relaciones en una ciudad donde cada vez es más difícil conocer gente. Además, estas comunidades suelen ser ricas en pluralidad, totalmente intergeneracionales y abiertas, buscan la diversidad de procedencias y culturas.
Los huertos urbanos son espacios en los que todo el mundo puede participar e implicarse en la medida de sus posibilidades, en los que no sobra nunca nadie.
En realidad, la mayor parte de las personas que habita los huertos urbanos comunitarios no lo hacen para disponer de hortalizas o comer más sano, ni siquiera para mejorar el entorno en el que viven, sino porque es divertido.
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FUENTE: http://laaventuradeaprender.educalab.es/documents/10184/67190/como-hacer-huerto/