EM significa microorganismos eficaces. Su concepto y tecnología fue desarrollado por el Doctor Teruo Higa en la Universidad de Ryukyus, Okinawa, Japón,y el estudio se completó en 1982.
El principio fundamental de esta tecnología fue la introducción de un grupo de microorganismos benéficos para mejorar las condiciones del suelo, suprimir putrefacción (incluyendo enfermedades) microbios y mejorar la eficacia del uso de la materia orgánica por las plantas.
Investigaciones muestran que la inoculación de cultivos de EM al ecosistema del suelo/planta mejora la calidad y salud del suelo, y el crecimiento, producción, calidad de los productos. También en el uso en animales ha demostrado beneficios similares.
El EM puede aumentar significativamente los efectos benéficos en suelos buenos y prácticas agrícolas como rotación de cultivos, uso de enmiendas
orgánicas,labranza conservacionista, reciclado de residuos de cultivos y biocontrol de pestes.
El EM ayuda al proceso de descomposición de materiales orgánicos y durante la fermentación produce ácidos orgánicos que normalmente no está disponible como: ácidos lácticos, ácidos acéticos, aminoácidos y ácidos málicos, sustancias bioactivas y vitaminas.
Un ingrediente primordial en este proceso es la materia orgánica que es suministrada por el reciclado de residuos de los cultivos, materia verde y deshechos animales. Asimismo, este proceso lleva a un incremento de
humus en el suelo: Las bacterias acido lácticas, que es un importante
microorganismo en el EM, suprimen microbios patogénicos directa e
indirectamente por la producción de actinomycetes.
También se conoce que el efecto antioxidante del EM mejora el sistema inmunológico de plantas y animales.
PRINCIPALES MICROORGANISMOS en el EM®
A. Bacterias fototróficas (Rhodopseudomonas spp.)
Las bacterias fototrópicas son un grupo de microbios independientes y
autosuficientes. Estas bacterias sintetizan sustancias útiles de secreciones de raíces, materia orgánica y/o gases dañinos (ej: ácido sulfhídrico) con el uso de luz solar y calor del suelo como fuentes de energía.
Estas sustancias útiles incluyen aminoácidos, ácidos nucleicos, sustancias bioactivas y azúcares, los cuales promueven el crecimiento y desarrollo de la planta.
Los metabolitos hechos por estos microorganismos son absorbidos directamente por las plantas y actúan como sustrato para el incremento poblacional de microorganismos benéficos.
Por ejemplo, en la rizósfera las micorrizas vesicular, arbuscular (VA) se incrementan gracias a la disponibilidad de compuestos nitrogenados (aminoácidos) que son secretados por las bacterias fototrópicas.
Las micorrizas VA en respuesta incrementa la solubilidad de fosfatos en el suelo y por ello otorgan fósforo que no era disponible a las plantas. Las micorrizas VA también pueden coexistir con azobacter y rizobiums, incrementando la capacidad de las plantas para fijar nitrógeno de la atmósfera.
B. Bacterias acido lácticas (Lactobacillus spp.)
Las bacteria acido lácticas producen ácido láctico de azúcares y otros
carbohidratos, producidos por las bacterias fototrópicas y levaduras.
Por eso, algunas comidas y bebidas como el yogur y encurtidos son hechas con bacterias Acido lácticas desde tiempos remotos.
Sin embargo, el ácido láctico es un compuesto esterilizante fuerte que suprime microorganismos dañinos y ayuda a la descomposición de materiales como la lignina y la celulosa fermentándolos, removiendo efectos no deseables de la materia orgánica no descompuesta.
Las bacterias acido lácticas tienen la habilidad de suprimir enfermedades
incluyendo microorganismos como fusarium, que aparecen en programas de cultivos continuos.
En circunstancias normales, especies como fusarium debilitan las plantas, exponiéndolos a enfermedades y poblaciones grandes de plagas como los nemátodos.
El uso de bacterias acido lácticas reducen las poblaciones de nemátodos y controla la propagación y dispersión de fusarium, y gracias a ello induce un mejor ambiente para el crecimiento de los cultivos.
C. Levaduras (Saccharomycetes spp.)
Las levaduras sintetizan sustancias antimicrobiales y otras útiles, requeridas por las plantas para su crecimiento a partir de aminoácidos y azucares secretados por las bacterias fototrópicas, materia orgánica y raíces de plantas.
Las sustancias bioactivas como las hormonas y las enzimas producidas por las levaduras promueven la división activa celular y radical. Estas secreciones también son sustratos útiles para el EM como las bacterias acido lácticas y actinomycetes.
Las diferentes especies de los microorganismos eficaces (Bacterias fototrópicas, acido lácticas y levaduras) tienen sus respectivas funciones. Sin embargo, las bacterias fototrópicas se pueden considerar como el núcleo de la actividad del EM Las bacterias fototrópicas refuerzan las actividades de otros microorganismos.
A este fenómeno se lo denomina “coexistencia y coprosperidad”.
El aumento de poblaciones de EM en los suelos promueve el desarrollo de
microorganismos benéficos existentes en el suelo. Ya que la microflora del suelo se torna abundante, y por ello el suelo desarrolla un sistema microbial bien balanceado.
En este proceso microbios específicos (especialmente los dañinos) son suprimidos, a su vez reduciendo especies microbiales del suelo que causan enfermedades.
En contraste, en estos suelos desarrollados, el EM mantiene un proceso simbiótico con las raíces de las plantas junto a la rizosfera.
Las raíces de las plantas también secretan sustancias como carbohidratos,
aminoácidos, ácidos orgánicos y enzimas activas.
El EM utiliza estas secreciones para su crecimiento.
En el transcurso de este proceso el EM también secreta y provee aminoácidos, ácidos nucleicos, una gran variedad de vitaminas y hormonas a las plantas.
Esto significa que el EM en la rizosfera coexiste con las plantas.
Por ello, en suelos dominados por el EM las plantas crecen excepcionalmente bien.