Los herbicidas son fitosanitarios que se emplean para eliminar las plantas que crecen en las tierras de cultivo y compiten por el agua y los elementos nutritivos con él.
Estas plantas se conocen, en agricultura, como malas hierbas (vegetación adventicia).
Tipos de herbicidas
– Herbicidas de contacto: actúan sobre cualquiera de las malas hierbas tratadas, con lo cual, se debe aplicar con cuidado de no mojar también la superficie foliar del cultivo. Se inactivan al contacto con el suelo. Su efecto es inmediato pero su persistencia es corta.
– Herbicidas de traslocación interna u hormonales: estos productos actúan a través de la savia de la planta, entrando en las mismas a través de sus hojas, y llegando, incluso, hasta la raíz. Actúan de un modo más lento que los anteriores, pero son mucho mas duraderos. Hay que tener cuidado en su aplicación para no afectar al cultivo.
– Herbicidas remanentes: son más persistentes, su modo de acción es creando una capa de producto sobre el suelo, de forma que, al emerger la mala hierba, ésta entra en contacto con el producto, sufriendo su acción. Suelen controlar sólo unas determinadas especies de malas hierbas, pero no todas, por esta razón se suelen utilizar varios herbicidas mezclados
A la hora de aplicar un herbicida, se debe tener en cuenta el estado y tipo de suelo donde se va a aplicar, ya que, según el estado del suelo (si está o no en sazón), el movimiento de savia en la vegetación adventicia será mayor o menor.
El tipo de suelo también influye, ya que, según sea el suelo más arenoso o más arcilloso, para conseguir un mismo efecto, tendremos que emplear dosis mayores o menores, y de ello dependerá también una mayor o menor persistencia del producto.
Para aplicar un herbicida, debemos tener en cuenta que las dosis se aplican en una unidad de superficie, es decir, tantos litros o kilos por hectárea, metro cuadrado, (…).
Se debe intentar que el producto quede lo mas uniformemente repartido por la superficie del terreno.
Las principales formas de aplicación son añadiendo el producto al agua de riego, consiguiendo un reparto homogéneo (normalmente se usa en preemergencia), o bien, aplicando el producto al suelo de forma directa o sobre las malas hierbas mediante los distintos tipos de máquinas que existen a tal efecto y a las que se dedica un tema mas adelante. Existen infinidad de herbicidas.
En este tema vamos a clasificarlos en base a cuatro principios: el momento de aplicación, la finalidad para la que se utilizan, la forma de acción sobre las plantas y el estado de desarrollo de la mala hierba.
Herbicidas, según el momento de su aplicación
Se dividen en herbicidas de presiembra, de preemergencia y de postemergencia.
Los de presiembra o preplantación, son de aplicación anterior a la siembra o transplante del cultivo, justo después de hacer las labores de preparación del suelo.
El herbicida se suele incorporar al suelo mediante medios mecánicos, o bien, mediante un riego posterior a su aplicación.
Una vez se ha sembrado el cultivo, y antes de que este emerja del suelo, aplicamos los herbicidas de preemergencia, y una vez que el cultivo ha germinado o ha sido trasplantado, se aplican los herbicidas de postemergencia.
Herbicidas según su finalidad:
Los herbicidas son productos que se emplean para eliminar plantas. De este modo vemos que existen productos que pueden actuar sobre un tipo determinado de plantas y otros que no distinguen de plantas y actúan contra todas. Por tanto podemos dividir los herbicidas en:
– Herbicidas selectivos: su efecto se da sobre unas especies y no otras.
– Herbicidas totales: son aquellos que destruyen todo tipo de plantas.
Herbicidas según la forma de actuación sobre las malas hierbas:
Ya hemos visto que algunos fitosanitarios actúan por contacto, o bien, son sistémicos o residuales.
Del mismo modo, en los productos empleados contra las malas hierbas, tenemos estas mismas formas de actuación:
Herbicidas de contacto: son aquellos que destruyen la parte aérea de la planta sobre la que se aplican (matan la parte que tocan).
Tienen efectos inmediatos, pero son poco persistentes.
Herbicidas residuales: ejercen su acción residual con mayor o menor duración sobre el terreno donde se aplican.
Se aplican al suelo y permanecen en el mismo, formando una película que elimina la mala hierba cuando esta nace y entra en contacto con ella.
Herbicidas sistémicos: al igual que ocurre con los insecticidas, estos herbicidas entran en la planta y se distribuyen por su interior con la savia, llegando incluso a las raíces y actuando en forma general en toda ella, son mas lentos pero mas efectivos
Según el estado de desarrollo de la mala hierba
Se clasifican en dos tipos:
– Preemergencia: son aquellos que se aplican antes de que las malas hierbas empiecen a emerger.
– Postemergencia: se aplican cuando las malas hierbas ya han aparecido. Los herbicidas no controlan todas las malas hierbas (vegetación adventicia) presentes en una parcela y suele ser necesario la mezcla de productos para conseguir el efecto deseado.
Cuando se realiza un tratamiento fitosanitario con un herbicida, se debe tener en cuenta:
El estado de desarrollo del cultivo: si es antes o después de la siembra de un cultivo y, en caso de ser después, si ha germinado o todavía no.
El estado y tipo de suelo sobre el que se trata: según su naturaleza, se pueden aplicar dosis mayores o menores, teniendo como consecuencia un mayor o menor tiempo de acción del producto.
Las dosis a emplear: los herbicidas se aplican por unidad de superficie, es decir, tantos litros o kilos por hectárea, por tahulla o por metro cuadrado.
Como en cualquier otro tipo de tratamiento, se debe buscar la mayor homogeneidad posible en la aplicación del producto.
Los herbicidas se pueden aplicar directamente al agua de riego, consiguiendo un reparto homogéneo, llegando el producto a toda la superficie a tratar (método muy usado en preemergencia), o bien, en tratamientos directamente al suelo o a las malas hierbas (vegetación adventicia) con diferentes máquinas (mochilas, barras y otras).
También se deben conocer los factores que influyen en los resultados de un tratamiento con herbicidas:
– Factores de tratamiento: como la forma de realización del tratamiento, su uniformidad y su dosificación.
– Factores ecológicos: como los climáticos (ambientales) y los edáficos.
– Factores de selectividad de la planta