El manejo integrado de plagas es el trabajo agrícola que utiliza técnicas y métodos apropiados para el control de plagas, manteniendo las plagas en niveles inferiores a los que causan daño económico, trabajando junto con la naturaleza y no contra ella.
El manejo integrado de plagas es fácil de aplicar en el cultivo de maíz, donde podemos poner en práctica diferentes tipos de control, como:
El Control cultural del maiz
- Uso de semilla seleccionada
- Rotación de cultivos (maíz frijol)
- Asocio de cultivos (maíz frijol)
- Cero labranza o labranza mínima
- Epocas de siembra
- Manejo de plantas no deseables (malezas)
- Densidad de siembra Fertilización
El control físico o mecánico
- Recolección y destrucción manual de las partes de la planta afectadas
- Uso de instrumentos para destrucción de malezas (machete, azadón)
El control fitogenético
es el uso de variedades resistentes o tolerantes a las plagas.
En Nicaragua hay ejemplo de variedades de maíz tolerantes a achaparramiento como son los NB-6 y NB-12.
El control etológico del maíz
consiste en aprovechar el comportamiento de los insectos para su manejo, como sucede con el uso de:
- Trampas lumínicas, que atrae a los adultos de gallina ciega
- Atrayentes, como el uso de cebos tóxicos para el control de gusanos cortadores
- Repelentes, como el caso del Neem contra el gusano cogollero.
El control biológico
permite usar enemigos naturales de las plagas, atacándolas o devorándolas o sea matándolas.