Virus del Fruto Rugoso Café del tomate ToBRFV

Durante las últimas semanas se han difundido unos boletines técnicos alertando a los productores de tomate para que tomen precauciones debido a un nuevo virus que afecta a ese cultivo.

Se trata del Virus conocido como Virus del Fruto Rugoso Café del tomate, o por su nombre en inglés “Tomato Brown Rugose Fruit Virus” (ToBRFV). Aparentemente este virus fue detectado primeramente en Israel en 2014 y posteriormente en Jordania en 2015.

Los investigadores jordanos determinaron la secuencia genómica completa de este virus (6,393 nucleótidos de un genoma de ARN de cadena sencilla).

Aunque determinaron que se trata de un Tobamovirus, es decir un virus relacionado con el Virus del Mosaico del Tabaco, descubrieron que se trata de una nueva especie viral.

El virus causa necrosis del pedúnculo y cáliz de los frutos, amarillamiento y mosaico de las hojas, necrosis en tallos y hojas, manchas amarillas en los frutos y en casos extremos rugosidad. Se transmite por semilla y está presente en la testa y algunas veces en el endospermo; no se ha identificado insecto vector pero se disemina mecánicamente.

Aparentemente puede permanecer estable en semillas, restos de plantas y en suelos durante meses o años, siendo el monocultivo de tomate el más altamente susceptible a este virus.

El motivo de la alarma es que ya ha sido detectado en México, en plantaciones comerciales de tomate Saladette (Roma) bajo invernadero en el área de Vizcaíno, B.C., y Yurécuaro, Michoacán.

EL VIRUS ToBRFV 

Este virus presenta partículas en forma de varilla rígida similar a la de otros Tobamovirus (los más conocidos son el virus del mosaico del tabaco TMV y el virus del mosaico del tomate ToMV).

Su genoma, un ARN de cadena simple con 6393 nucleótidos, codifica para cuatro proteínas: dos relacionadas con la replicación del virus, una de 126 kDa y otra de 183 kDa; una proteína de movimiento (MP) de 30 kDa, y la proteína de la cápside (CP) del virus de 17.5 kDa.

La forma de transmisión del ToBRFV es esencialmente mecánica.

El contacto de una planta enferma con una planta sana, provocado por el viento, o a través de las manos y/o herramientas de los operarios, de su ropa o de herramientas de trabajo contaminadas, es suficiente para transmitirlo. Además el virus es transmitido por la semilla del tomate, estando localizado en la envoltura de la semilla y, en menor proporción en el endospermo, pero no en el embrión. Se especula que el virus puede conservarse en la semilla (endospermo) hasta por 9 años.

DINÁMICA DE LA ENFERMEDAD del Virus del Fruto Rugoso Café del tomate ToBRFV

Igual que ocurre con otros virus como el TMV y el ToMV, la principal fuente de contaminación para el tomate es la semilla infectada; y obviamente también las plántulas que provienen de dichas semillas. Así que desde el semillero o invernadero de plántulas puede ocurrir la diseminación del virus entre plantas enfermas y otras sanas que entran en contacto con las infectadas.

En el campo las plántulas y plantas afectadas pueden mostrar mosaicos, amarillamientos y ligeras deformaciones en las hojas; pero otros virus como el TEV y TAV pueden inducir síntomas similares.

De modo que la mejor forma de averiguar si se trata de una infección por ToBRFV es mediante pruebas de laboratorio. Una vez que se han manifestado los síntomas, las plantas enfermas pueden transmitir el virus a las plantas sanas contiguas, y el personal de campo que las manipula sin tomar precauciones puede dispersar el virus a varias plantas de distancia desde la planta enferma inicialmente.

Es posible ver surcos de plantas enfermas.

Las plantas enfermas desarrollan menor cantidad de flores y frutos; es muy notoria una necrosis del pedúnculo del fruto y las hojas del cáliz. Los frutos enfermos pueden desarrollar áreas amarillas que se conocen regionalmente como “payaseado”, mostrar rugosidades y áreas necróticas que completan el cuadro de la enfermedad.

Debido a que el virus es capaz de sobrevivir en los tejidos vivos, pueden permanecer por mucho tiempo si el productor no destruye oportunamente los residuos de la cosecha anterior, o como sucede comúnmente en muchos invernaderos de tomate, la siguiente etapa ocurre apenas recién terminada la anterior. El virus sobreviviente en los restos vivos de raíces, que en teoría podrían constituirse en una nueva fuente de inóculo para las plantas de la nueva etapa, pero esto no ha sido comprobado aún.

MANEJO DEL VIRUS MEDIANTE EL MIC 

Para la estrategia MIC no existen los superpatógenos, sino simplemente parásitos del cultivo que pueden regularse de forma natural. De modo que en un programa MIC para tomate el ToBRFV entra en la misma categoría que el TMV y el ToMV, es decir, de los virus que se transmiten en forma mecánica y por semilla, pero no por insectos vectores. Como tal las medidas de manejo pueden enlistarse de la siguiente forma:

1.-ANÁLISIS DE LA SEMILLA. Se debe verificar mediante pruebas de laboratorio que la semilla de tomate venga libre del virus, principalmente si esta semilla proviene de los países donde este virus ya fue detectado. No debe usarse semilla contaminada.

2.-SUPERVISIÓN DE LA PLÁNTULA. Se debe iniciar un monitoreo de las plántulas en el semillero para tener la certeza de que no presentan síntomas de la enfermedad. Si se detecta alguna charola con plantas sospechosas que muestran mosaicos y amarillamientos de sus hojas, se debe eliminar la charola completa.

3.-MONITOREO Y SANEAMIENTO. Se deben inspeccionar las plantas cultivadas dos veces por semana en busca de plantas posiblemente afectadas; al detectar plantas con síntomas se deben eliminar cuidando que no toquen al resto de plantas sanas. Algunas de estas plantas se envían a laboratorio para saber si es el virus u otro menos agresivo.

4.-ADIESTRAMIENTO DEL PERSONAL. Se debe capacitar al personal de campo a identificar los síntomas de la enfermedad, y a usar correctamente las herramientas y esterilizarlas para evitar diseminar al virus. Esta capacitación es vital para evitar pérdidas significativas de rendimiento y/o calidad de la cosecha.

COMENTARIO FINAL 
La movilización de semilla de cualquier cultivo de un país a otro supone siempre el riesgo de llevar virus u otros parásitos a nuevas áreas donde el patógeno no es conocido. Una actitud correcta en este sentido no es estar en contra del movimiento de la semilla, sino conocer cuáles de estos patógenos podrían movilizarse a través de ese medio y tomar medidas preventivas para darle el manejo correspondiente mediante MIC. Los principios del MIC aplican a los parásitos conocidos del cultivo, pero también pueden operar para los parásitos menos conocidos del mismo. Si usted produce tomate (o cualquier otro cultivo) y desea instrumentar una estrategia MIC, estoy a sus órdenes.

En la imagen: A,B,C = mosaicos y amarillamientos del follaje; D,E = necrosis de los pedúnculos y el cáliz de los frutos; F,G = amarillamientos irregulares de los frutos (payaseado); H = frutos con manchas cafés; I = frutos rugosos.