
Enriquecen el suelo con nutrientes, U . especialmente nitrógeno
Los compuestos exudados por las raíces de los abonos verdes son una fuente de nutrientes para los organismos del suelo y esta gran actividad microbiológica es la que proporciona nutrientes disponibles para las plantas.
Algunas especies de arraigamiento profundo movilizan nutrientes de diferentes estratas a la superficie del suelo.

Si se utilizan leguminosas como abonos verdes, además de los beneficios señalados, el suelo se enriquece con nitrógeno que extraen del aire.
La cantidad de nitrógeno que pueden fijar depende fundamentalmente del tipo de planta, del tiempo de permanencia en el terreno, de la biomasa producida y de las condiciones nutricionales del suelo, especialmente del contenido de nitrógeno mineral.
Tipo de especie utilizada:
las leguminosas o las mezclas que las incluyen incorporan nitrógeno (N) obtenido del aire, a diferencia de las gramíneas y las brasicáceas (crucíferas) que sólo aportan el nitrógeno que han extraído del suelo.
Permanencia:


una leguminosa que se establece en el terreno por más de seis meses fija una mayor cantidad de nitrógeno.
Edad de las plantas:
mientras más joven sea el abono verde y menor sea la relación carbón-nitrógeno C/N (poco lignificado), más rápida será la mineralización del N. Con relaciones C/N bajas puede transformarse hasta un 80% del nitrógeno contenido en el abono verde en un tiempo muy corto (nueve semanas), dependiendo de la temperatura y humedad.


La velocidad de mineralización aumenta a mayor temperatura, siempre que ésta no afecte la vida de los microorganismos mineralizadores.
Contenido de nitrógeno: si el suelo es rico en nitrógeno rnineral, las leguminosas extraen del aire menor cantidad.
Cálculo de la producción de N
Por cada kg de materia orgánica fresca producida en un metro cuadrado, un abono verde con leguminosa produce, al menos, 40 kg N neto/ha. Un abono verde no leguminosa puede acumular unos 25 kg N/ha, extrayéndolo del suelo y devolviéndolo cuando es incorporado y mineralizado.


En condiciones favorables se puede disponer de al menos 100 kg de nitrógeno por hectárea por fijación simbiótica.
Se recomienda que la incorporación del abono verde se realice superficialmente y en forma homogénea.
Mejoran la estructura del suelo
La materia orgánica convertida en humus por la acción de los microorganismos y por reacciones naturales de síntesis bioquímicas favorece la formación de agregados estables y a la vez recubre las partículas minerales del suelo.


Los abonos verdes mejoran notablemente la estructura del suelo, lo que permite una mayor infiltración del agua y exploración radicular, aumentando la eficiencia de absorción de nutrientes como el fósforo (P) y potasio (K). Algunos, como la canola (raps) y la alfalfa, pueden cambiar la estructura de suelos compactados después de un subsolado.
Por ello, los abonos verdes son especialmente útiles en suelos de estructura débil y pobres en humus.
Evitan la erosión del suelo
Una cobertura vegetal bien tupida y la parte superficial del suelo con alta densidad de raíces ayuda a detener el arrastre de suelo provocado por el agua y el viento.


El aporte de materia orgánica que se agrega mejora la estructura del suelo y reduce la pérdida de las partículas orgánicas e inorgánicas más pequeñas por escurrimiento superficial.
Pueden preservar los nutrientes de la lixiviación
En otoño, cuando el suelo está caliente, la mineralización de la materia orgánica se realiza en forma muy rápida y aumenta la cantidad de nitrógeno soluble.
Si el nitrógeno así mineralizado no es absorbido por las plantas puede perderse con las lluvias de otoño e invierno y, en determinadas situaciones, puede contaminar las napas subterráneas y cursos de agua.
Los abonos verdes como la canola, la avena y el centeno pueden evitar la lixiviación de la mayor parte del nitrógeno soluble.
Estimulan lo actividad biológica
Las exudaciones de las raíces y la biomasa incorporada al suelo alimentan a las lombrices de tierra y a los numerosos organismos del suelo.
Ellos son un elemento fundamental para la fertilidad, puesto que cierran los ciclos de nutrientes, descomponen la materia orgánica transformando una parte en humus y otra en elementos fertilizantes directamente asimilables por las plantas.
Mejoran las condiciones para la protección fitosanitaria natural
Los abonos verdes con flores vistosas favorecen la llegada de organismos benéficos que controlan plagas.
En general, aumentan la capacidad del suelo para contrarrestar enfermedades.


Ciertas especies actúan como plantas antagonistas contra algunos nemátodos.
No obstante, el cultivo de abonos verdes puede fomentar también el desarrollo de algunas plagas como las babosas y ciertas larvas de moscas.
Controlan las malezas



Los abonos verdes sembrados en alta densidad compiten con las malezas por luz, agua y nutrientes y pueden evitar su desarrollo, distribución y semillado.
Constituyen un fertilizante adecuado
100 kg de nitrógeno neto aportados por los abonos verdes equivalen a 217 kilos de úrea. Si el kilo de úrea cuesta $181, los 100 kilos de nitrógeno aportados por los abonos verdes representan un ahorro de $40.000.
100 kilos de nitrógeno neto aportados por los abonos verdes equivalen a 625 kilos de nitrato de sodio.
Si su precio es de $167 el kilo, el ahorro es de $100.000.
100 kilos de nitrógeno neto aportados por los abonos verdes equivalen a 5.000 kilos de guano seco de caballo. Si el precio de éste es de $33 el kilo, el ahorro es de $165.000.
Asimismo, silos abonos verdes se aplican para reemplazar el uso de un fertilizante comercial de tipo orgánico, que contiene 2% de N y que vale $90 el kilo, el ahorro es de $450.000
Permiten cumplir las normativas orgánicas
Los reglamentos y las normas orgánicas recomiendan que se asegure una productividad sustentable, evitando la erosión del suelo y la lixiviación de nutrientes y, dentro de lo posible, mantener una buena cobertura del suelo.
Algunas normas privadas, como por ejemplo Bio Suisse, exigen una cobertura vegetal total, sin sectores descubiertos. En la producción de hortalizas orgánicas se recomienda que la superficie en rotación tenga como mínimo un 100/o de cobertura vegetal permanente.
Permiten un uso parcial de producción forrajera
Ciertos abonos verdes también pueden ser usados como forraje para el ganado. Sin embargo, se debe evaluar su aporte como fertilizante si el forraje se cosecha y se saca del ecosistema.