
Para disfrutar de un buen estándar de vida, el fruticultor, debe esforzarse por lograr una buena cosecha de frutas todos los años.
En el pasado, las heladas periódicas y/o el daño provocado por la sequía constituían riesgos permanentes difíciles de evitar, existentes en todas las regiones frutícolas.
De modo que cualquiera de estos factores climáticos pueden provocar grandes pérdidas de dinero, en particular cuando no hay preparada ninguna defensa para neutralizar sus efectos nocivos.
Hoy día, la mayoría de los fruticultores están tomando medidas para minimizar tanto como sea posible la pérdida de dinero por causa de estos fenómenos de la naturaleza.
El control de heladas se ha vuelto más complicado debido a las ordenanzas sobre contaminación ambiental, incremento de los costos de mano de obra, prácticas de manejo utilizadas en las plantaciones de alta densidad y nuevas técnicas de prevención de heladas.
Se distinguen dos tipos de métodos para controlar las heladas en la agricultura: los métodos pasivos y los métodos activos.
Métodos pasivos:
a) Evitar el cultivo de especies o variedades sensibles a las bajas temperaturas, en zonas en donde existen probabilidades muy altas de que ocurran heladas.
b) Elegir variedades resistentes y de mayor altura, para evitar contacto de las flores con el aire frío cercano al suelo.
c) Las especies sensibles, no deben implantarse en depresiones. Preferir, en estos casos, los faldeos más cálidos
d) Cuando exista una barrera, por ejemplo una cortina cortaviento demasiado densa, el peligro de helada es mayor hacia el lado de arriba de la pendiente.
f) Evitar la siembra de praderas, cereales, arbustos o viveros en la cercanía de un huerto frutal. Estos actúan como aislantes del flujo de calor del suelo, aumentando los riesgos de daño por heladas en cultivos bajos.
g) Evitar el laboreo excesivo del suelo. De ser así se forma una capa de suelo suelta, que actúa como aislante del calor que fluye desde las capas más profundas del suelo hacia la superficie.
h) Mantener en lo posible el suelo libre de malezas, sin moverlo y no dejar mucha paja u otro material sobre el suelo.
Métodos activos:
Son aquellos aplicados justo al comenzar la helada y durante ella.
El principio de estos métodos es muy simple: la helada se debe al frío, por lo tanto debemos evitar el enfriamiento.
Para evitar una helada es suficiente, en teoría, aportar a la superficie del suelo una energía igual a aquella perdida por dicha superficie, que es lo que provoca el enfriamiento.
También existen métodos que actúan directamente sobre la temperatura de las plantas.
Existen varias formas de provocar el calentamiento del aire:
a) Inundación de terrenos, que aumenta la capacidad calórica del suelo y su conductividad térmica.
b) Mezcla mecánica de aire, consiste en mezclar, con ayuda de grandes hélices, el aire frío cercano al suelo con el aire cálido de las capas atmosféricas más altas.
c) Protección por interrupción de la radiación, consiste en evitar las pérdidas por radiación usando algún tipo de “techo” sobre la vegetación.
d) Cortinas de humo, nubes o niebla. Considerando que el aire tiene mala conductividad térmica y que la transmisión de calor a través de él, a los objetos que rodea, es difícil, se ha ensayado transferir el calor directamente a las plantas.
e) Calentamiento del aire que rodea a la planta, consiste en calentar el aire frío que rodea a la planta, ya que es éste el que provoca el enfriamiento de los vegetales. Uno de los métodos más utilizados es encender quemadores (tarros) de petróleo, 100 a 300 por hectárea. Otra alternativa son los agitadores de aire caliente o los quemadores a gas.
f) Aspersión de agua: el uso de aspersión con agua para luchar contra las heladas, aprovecha la liberación de calor que se produce al congelarse el agua.