MANUAL DE CÍTRICOS GRATIS. PDF / LIBROS DE AGRONOMIA

CLASIFICACIÓN BOTÁNICA

El origen de los cítricos se localiza en Asia Oriental, en una zona que abarca desde la vertiente meridional del Himalaya hasta China Meridional, Indonesia, Tailandia, Malasia e Indochina.

Los Cítricos pertenecen a la familia de las Rutáceas.

Las especies más cultivadas del género Citrus son: las Naranjas dulces Citrus sinensis (L.) Osbeck, Naranjas agrios Citrus aurantium L., Mandarinas Citrus reticulata Blanco, Pomelos Citrus paradisi Macf, Limas ácidas Citrus aurantifolia (Christm.) Swing., Limones verdaderos Citrus limón (L.), Cidras Citrus medica L., Toronjas Citrus máxima (L.).

Las plantas del género Citrus, cultivadas comercialmente son compuestas por dos partes. La parte superior, que incluye parte del tronco, ramas, hojas, frutos denominada copa.

La parte inferior, que también es formada por parte del tronco, generalmente los primeros 15 centímetros del suelo de donde emerge todo el sistema radicular.

Las hojas de los cítricos son unifoliadas y de nerviación reticular, sin embargo, en el género Poncirus y sus híbridos son trifoliadas.

Las nerviaciones son reticuladas, los peciolos son alados en muchas especies como en el naranjo amargo, el apepú, los pomelos y las toronjas., mientras que los peciolos son pequeños en las naranjas y mandarinas y en los limones apenas son visibles.

La raíz de los cítricos es sólida, blanca y bajo condiciones de cultivo poseen una gran cantidad de pelos radiculares superficiales.

Presenta una raíz principal del que salen las raíces secundarias formando una maza densa de raíces.

La flor aparece generalmente después del reposo invernal o tras un periodo de sequía, se inicia la formación de flores a partir de las yemas situadas en las axilas de las hojas.

La diferenciación floral tiene lugar al mismo tiempo que se inicia la brotación, de modo que las yemas inicialmente dan lugar a brotes vegetativos, pero en ocasiones el meristemo apical del brote en crecimiento se transforma en una flor terminal.

El fruto de los cítricos en una baya denominada hesperidio surge como consecuencia del crecimiento del ovario.

El pericarpio es la parte más externa del fruto y está formada por el exocarpo, el mesocarpo o albedo y el endocarpo donde se inician los sacos de jugo o vesículas que abarcan la mayor parte de los frutos en desarrollo.

CLIMA PARA LOS CITRICOS

Actualmente los cítricos se cultivan en la mayor parte de las regiones tropicales y subtropicales del planeta comprendidas entre los paralelos 44° Norte 41° Sur demostrando la alta capacidad de adaptación a una amplia condición climática.

Esto permite distribuir en varias regiones con condiciones climáticas diferentes entre sí, sin embargo, la condición ambiental del medio puede alterar significativamente las características de las plantas como, altura, aspecto de las hojas, longevidad de los frutos.

Por ejemplo: forma, tamaño, color de la cáscara, color de la pulpa, textura, tenores de ácidos y azúcares. Entre los factores climáticos que ejercen influencia sobre los Cítricos, se destacan la temperatura y la humedad.

En un rango de temperatura inferior a 10 °C y superior a 39 °C, el desenvolvimiento metabólico de las plantas es prácticamente interrumpido. La faja comprendida entre 13 a 32 °C, con aumento progresivo de la temperatura, se da un aumento en el crecimiento, en el caso que no haya otros factores limitantes, como el estrés hídrico.

La temperatura óptima varía entre 20 a 30 °C, la cual varía durante el día. Los cítricos son cultivados en varias regiones del mundo, con amplia variación de la precipitación pluvial, oscilando desde 250 mm (Israel) anuales hasta 4.000 mm (Selva Peruana – Amazonia).

El consumo anual de agua por las plantas varía de 600 a 1.200 mm, dependiendo de la variedad copa y porta-injerto, característica de suelo y edad de las plantas.

La mayor exigencia en consumo de agua es durante el desarrollo vegetativo y el crecimiento de las frutas, que normalmente coincide con la época de mayor precipitación pluvial en primavera verano en nuestro país.

Los Cítricos son plantas exigentes en luz para los procesos de crecimiento, florecimiento y fructificación, que ocurre principalmente en la parte exterior de la copa.

A mayor exposición de las plantas a la luz solar resulta en mayor y más rápido crecimiento de las plantas y los frutos.

SUELOS PARA LOS CÍTRICOS

Los cítricos son cultivados en suelos con una gran diversidad de características físicas y químicas, teniendo una gran capacidad de adaptación a un variado tipo de suelos.

Es así que en las diferentes regiones citrícolas del Paraguay tenemos cultivos en suelos arenosos como los de San Pedro y en suelos lateriticos con alto contenido en arcilla como los del Departamento de Itapúa.

Esto no significa que los cítricos no tengan sus exigencias. La longevidad, el estado sanitario, su productividad y lo que es más importante, la calidad de la fruta, dependen de una u otra manera de las características del suelo. Los portainjertos, por su sistema radicular, tienen distintos grados de capacidad de adaptación a los diferentes tipos de suelo.

Es por eso que se debe elegir el portainjertos adecuado para cada situación. Cuando se planifica la realización de una plantación cítrica, el suelo debe ser examinado en forma criteriosa teniendo en cuenta sus propiedades. Los suelos deben de tener una buena aireación y permeabilidad y no estar sujetos a encharcamiento por periodos prolongados lo que conduciría a una asfixia radicular y a una mayor incidencia de enfermedades como la gomosis (Phytophthora sp.) o pudrición del pie; También la profundidad es importante de modo a permitir un desarrollo radicular completo, la profundidad mínima estaría en torno de 1 a 2 metros.

En cuanto a las propiedades químicas, resulta de fundamental importancia realizar un análisis de suelo de modo a conocer cómo están los elementos minerales en cuanto a su disponibilidad ya que estamos en presencia de un cultivo establecido por muchos años y que necesita un aporte permanente de nutrientes para satisfacer sus necesidades nutricionales y permitir una cosecha adecuadas de fruta cada año.

Es evidente que suelos ricos en elementos nutrientes deben ser preferidos en relación a aquéllos que son muy pobres.

El análisis químico del suelo nos dirá en qué proporción se encuentran los índices esenciales para la nutrición de las plantas, tales como materia orgánica, nitrógeno, fósforo, potasio, magnesio y micronutrientes.

Es importante conocer también el pH del suelo, o sea el grado de acidez o alcalinidad del mismo, considerándose valores adecuados los que se encuentran entre 5.5 y 6.5. Dentro de estos niveles están en máxima disponibilidad los elementos que la planta necesita.

Los inferiores al mínimo indicado pueden ser corregidos con el agregado constante todos los años de materia orgánica y con la aplicación de cal agrícola. Es preferible evitar suelos con mucha pendiente y a su vez con poca profundidad, por las dificultades que plantea durante los largos años del cultivo.

Resumiendo, podemos remarcar que los mejores suelos para cítricos son los de textura media a arenosa (arenoso-franco a franco-arenoso), profundos (60 a 120 cm), de pendientes no muy pronunciadas, de un pH no demasiado bajo ni muy alto y una buena disponibilidad de elementos minerales y materia orgánica.

Resulta de fundamental importancia mantener la fertilidad natural del suelo que en la mayoría de los casos se fueron perdiendo con los largos años del cultivo, algo comúnmente observado en distintas parcelas de cítricos en la región de Caazapá.

La productividad y el éxito del cultivo está relacionado directamente a los cuidados que se les brinden a las plantas durante el tiempo productivo.

Es decir, en cultivos que no fueron atendidos durante mucho tiempo se tornan improductivos debido al incremento constante de plagas y enfermedades y a la pérdida de la fertilidad debido a la extracción de los minerales por las frutas cosechadas durante los periodos de cultivo.

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FUENTE : www.jica.go.jp