La quinua, por sus excepcionales cualidades nutritivas, ha generado gran interés a nivel nacional e internacional, representando para nuestro país un cultivo estratégico para la seguridad alimentaria.
La mayor diversidad de quinua se encuentra en las zonas andinas de Perú y Bolivia, que abarcan aproximadamente el 80 % de la demanda internacional. Su cultivo se realiza en zonas que van desde el nivel del mar hasta los 4 000 m de altitud.
En la actualidad, su expansión se viene desarrollando a nivel mundial, obteniéndose reportes de que se cultivan en más de 50 países
La quinua (Chenopodium quinoa Willd.) tiene una importancia primordial en diversos países andinos, no solo por ser una planta originaria de esta zona, sino que constituye parte de una dieta ancestral y ha sido revalorizada a nivel internacional.
Su aporte nutricional es extraordinario debido a que esencialmente posee proteínas y aminoácidos como la lisina, metionina, fenilanina, treonina, triftófano y valina; bondades que han sido demostradas en diversos estudios, tanto en términos absolutos como en comparación con otros alimentos básicos (ALADI y FAO, 2014).
Plagas del cultivo de quinua
La plaga agrícola es definida por la FAO (2016) como “cualquier especie, raza o biotipo vegetal o animal o agente patógeno dañino para las plantas o productos vegetales”.
El cultivo de quinua, durante todas sus fases fenológicas, presenta problemas ocasionados tanto por insectos dañinos, aves, nematodos y roedores, como por enfermedades ocasionadas por hongos, bacterias, virus y malezas que ocasionan importantes pérdidas directas e indirectas.